jueves, 14 de marzo de 2013

Filandón


Les files, filandones, polaviḷḷas o calechos son reuniones de mujeres para hilar la lana y el lino que tienen lugar durante las noches de invierno, normalmente en la cocina, a las que acuden también los hombres, aunque como meros espectadores que animaban el ambiente; el hablar, comentar sucesos, contar historias, gastar bromas acabó siendo de tal importancia que por fila se entiende también la reunión de gente para hablar o pasar

el tiempo sin más. Sin duda los filandones eran un pretexto para la diversión, en ellos se recitaban romances y narraban cuentos e historias antiguas; se decían adivinanzas, se jugaba y, si había espacio suficiente, se bailaba.
Eran unas reuniones de trabajo en las que las personas más viejas transmitían oralmente a los jóvenes  los conocimientos, creencias y valores de la sociedad tradicional.
Los filandones eran también lugares de transmisión de conocimientos. Muchas de las actividades textiles se realizaban en grupos; existía una cooperación de los vecinos de la comunidad. Esta cooperación formaba parte de los ritos de interrelación que se desarrollaban en estas sociedades preindustriales. Los lugares de hilado, como
los filandones en Asturies, los fiadeiros en Galicia etc., donde se reunían para realizar los procesos de hilado, eran sitios que, además del trabajo, servían como lugares de transmisión, creación y readaptación de manifestaciones populares. Aquí se transmitían y se inventaban refranes, proverbios, dichos, adivinanzas, dictados tópicos, romances, cuentos y chascarrillos, coplillas, canciones, juegos, etc.
Los cantares con el tema de los filandones son numerosos.

Cola rueca nuna mano
y el fusu na faltriquera
voi pa casa la vecina
a marmurar de vida ayena.
Cola rueca na cintura
yo me gano'l mio dinero
Poco se gana filando
menos se gana dormiendo.

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