jueves, 14 de marzo de 2013

La lana


Esquilado  limpieza  clasificación  preparación  lavado secado  estirado ➨ cardado  hilado  torcido  enmadejado  teñido.

Desde que el ser humano descubrió cómo domesticar a los animales y empezó a conocer las posibilidades que estos le ofrecían, la lana ha sido una de las materias primas más utilizadas para la realización de vestimentas.
El cuidado de las ovejas y la obtención y tratamiento de la lana ha sido parte fundamental de la cultura tradicional asturiana hasta fechas muy recientes.

La lana es una fibra cuya calidad depende de la raza de ovejas. Se distinguían dos clases: la "lana fina", que procedía de las ovejas merinas o trashumantes, y la "lana burda" de las ovejas del país. La lana más corriente en Asturies era la última, que se sacaba de la raza asturiana de oveja xalda. Las ovejas se solían esquilar en mayo y junio, se separaban los vellones según su calidad. Con la llegada del buen tiempo, se cortaba la lana de las ovejas que había crecido a lo largo de la temporada. A este proceso se le denomina trasquilar. Con el fin de que el ganado estuviese quieto se le ataban las patas para no hacerles daño con las tijeras. Se inicia el proceso por el abdomen y las patas, que por estar más en contacto con el suelo darán una lana más sucia y de inferior calidad. Se finaliza en el lomo, cuya lana es de mejor calidad y está más limpia.
Una vez cortada la lana, se seleccionaban los vellones según su calidad. Se  limpiaban a mano de las impurezas, y para asegurarse de que la lana estaba limpia, se lavaba posteriormente con agua hirviendo y ceniza o jabón (elaborado también de modo tradicional, con grasas animales y sosa cáustica) con el fin de blanquearla.
Finalmente se aclaraba con agua fría y se dejaba secar al sol, tendiéndola normalmente en los corredores de las viviendas o en los hórreos y paneras. En esta operación, realizada en el verano, la lana suele perder la mitad de su peso. Posteriormente se escarmenan los vellones de lana sin romperlos, dejándola más algodonosa.Una vez preparados y secos los vellones eran  estirados a mano, para después proceder al  cardado y peinado, que dejaba la lana fina y lista para el hilado.

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